El paseo de la Independencia, conocido también como paseo Independencia, uno de los paseos más emblemáticos de la ciudad de Zaragoza (Aragón, España). Esta vía situa su primer número en la plaza de España y concluye en la plaza de Paraíso, que está un poquito más adelante de la famosa plaza de Aragón, donde reposa una gran estatua del justicia de Aragón.
Su nombre viene de un relevante hecho histótico: La Guerra de la Independencia. El asedio implicó una gran batalla con muchísimas pérdidas por ambos bandos, y resultando en la devastación de la ciudad. En la defenda de la ciudad, la población civil luchó embravecidamente, dejando un gran recuerdo en la memoria de los aragoneses.
Esta calle de 750 metros ha visto como la ciudad ha experimentado los cambios generacionales, con tranvías, luego vías para vehículos, y de nuevo una fórmula mixta de vehículos y tranvías, convirtiéndose en una zona de paso obligada para cualquier visitante de la ciudad.
Estos son algunos de los edificios más emblemáticos del Paseo de la Independencia:
En sus bocacalles también han surgido pequeños grandes locales de cultura modernista y obligada visita para todos los amantes del azúcar en cualquiera de sus formas (tartas, pasteles y más tartas). Son ya varios las cafeterías hípsters vintage que hay junto a la calle Alfonso, como Doña Hipólita, Café Botánico, o las que encontramos en la calle Manifestación. En pleno corazón de Zaragoza, desde aquí podemos visitar la parte antigua de la ciudad y a conocer muchos locales de culto, asó como algunos de sus secretos.
Como dice la web de zaragozaguia.com:
"Fue construida entre 1865 y 1867, cuando se decidió la apertura de una vía por motivos higiénicos y con la intención de descongestionar el centro histórico de la ciudad. Fue la operación de reforma interior del casco urbano de Zaragoza más importante realizada durante el siglo XIX".
Sobre esto, Wikipedia añade:
"Esto provocó que una gran cantidad de familias adineradas de la burguesía de la ciudad construyeran y ubicaran aquí sus viviendas.
Una de las ventajas fue que la apertura permitió al ayuntamiento obligar a los nuevos moradores de la zona a que construyeran sus casas de la misma estética, generándose un armónico paisaje urbano."